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David capturó a siete mil jinetes y veinte mil soldados. Además se apoderó de mil carros de combate, y les quebró las patas a mil caballos; sin embargo, dejó los caballos que necesitaba para cien carros de combate.

Cuando los sirios llegaron procedentes de Damasco, para ayudar al rey Hadad Ezer, David mató a veintidós mil de ellos. Luego procedió a establecer un cuartel de guarnición en Damasco, capital de Siria. Además, les impuso a los sirios la obligación de pagar una importante cantidad de dinero todos los años. Y el Señor le daba a David la victoria dondequiera que iba.

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